Algo que puede llegar a ser todo un reto para padres de familia e hijos, es sin duda el regreso a clases. Después de varias semanas de descanso, juegos y horarios flexibles, volver a una rutina escolar requiere de organización y mucha paciencia.
¿Quieres saber cuáles son los mejores consejos para tener una transición sencilla de vacaciones al regreso a la escuela? Aquí te compartimos una guía práctica con pasos para establecer desde el inicio hábitos de estudio sólidos y duraderos.
Restablecer horarios una semana antes
Uno de los mayores retos al final del verano es volver a ajustar el ciclo de sueño. Para que puedas evitar que en su primer día de clases no lleguen con cansancio o prisas, es recomendable adelantar progresivamente la hora de dormir y llevarlo a cabo al menos una semana antes.
Despertarse temprano con tiempo suficiente ayuda a que los niños comiencen su día sin prisas ni estrés, lo que influye directamente en su concentración y energía en su día escolar.
Diseñar un espacio de estudio
Tener un lugar dedicado solamente para hacer la tarea o repasar le da estructura a la rutina de estudios. No hace falta contar con una habitación completa o tan amplia, una esquina tranquila, bien iluminada y libre de distracciones será más que suficiente.
También puedes involucrar a los niños en la decoración o acomodo del espacio para motivarlos a usarlo. Añadir una pequeña repisa, una lámpara y todos los materiales necesarios a la mano, evita interrupciones y fomenta la concentración.
El cuaderno de tareas: una herramienta clave
Un recurso muy útil para crear hábitos de estudio es implementar el cuaderno de tareas. Puede ser un cuaderno sencillo donde el niño anote cada día sus pendientes, fechas de entrega, recordatorios o avisos importantes.
Este hábito promueve su autonomía y responsabilidad. Además, que revises con él el contenido al final de la tarde puede convertirse en una rutina positiva de conexión familiar.
Técnica Pomodoro para niños
Para mantener una atención constante sin saturarse, la Técnica Pomodoro es la mejor idea. Consiste en dividir el tiempo de estudio en bloques de 25 minutos de trabajo seguidos por 5 minutos de descanso.
En el caso de los niños más pequeños, se puede comenzar con intervalos más cortos, como 15 minutos de actividad por 3 o 5 de pausa. Esta técnica ayuda a que el tiempo de estudio sea más eficiente y menos tedioso, al mismo tiempo que permite al cerebro descansar y recargar.
Revisar la mochila cada noche
Una práctica que ayuda mucho dentro de cualquier rutina de estudio es revisar la mochila al final del día. Esto te brinda la oportunidad de asegurarte de que todo lo necesario para el día siguiente esté a la mano. Desde tareas hechas, materiales completos hasta la ropa que va a llevar.
Este pequeño ritual evitará problemas o retrasos por las mañanas y reduce el estrés tanto para los niños como para los padres. También es un paso que ayuda a tus niños, a ser más organizados y responsables con sus cosas.
Paciencia para los cambios
Establecer cómo crear hábitos de estudio no se logra de un día para otro. Lo vital es la constancia, tener paciencia y el acompañamiento. Festejar pequeños logros y mantener una actitud positiva hace que el proceso sea más sencillo y eficaz.
Con estos tips el regreso a clases puede convertirse en una oportunidad para fortalecer habilidades que acompañarán a tus hijos durante toda su vida escolar.


